Después de meses de eterna y silenciosa inactividad,
regresé. Regresé por las enormes ganas de escribir, la imperiosa necesidad de estallar
en cientos de palabras, el deseo de escribir hasta quedar agotada y haber
descargado todo el repertorio de sentimientos que me abordan a diario y me golpean
como una embestida de toros en las calles de Madrid. Regresé porque extrañaba
ver el blanco frente a mí, posar mis dedos inconscientemente sobre las teclas y
dejar que bailotearan solos sobre el teclado. Regresé y esta vez espero
no apartarme de ustedes, mis intangibles y queridos lectores. Regresé!